Una
de las tantas veces en que parecía que Pablito nos abandonaba. Hospital
Garrahan, terapia intensiva.
Noche
más que angustiada y ésta era mas pesada que las demás. Eran tantos los golpes
bajos que nos daba la vida que nos acorraló contra las cuerdas. Desconsolados
totalmente y con temor de no estar haciendo lo correcto, decidimos ser
obedientes a la Palabra.
Tantas
veces hemos escuchado el mensaje de “entrega tu Isaac” que se nos hacía ecos en
nuestras mentes. Y cuando la cabeza piensa, piensa.
“¿Será
que estamos reteniendo lo que Dios quiere llevarse?”
….
No. No es fácil. Para nada. Es muy doloroso. Pero teníamos que confiar en Dios
entregando nuestro Isaac. Y entregamos todo lo de Pablo. Y entregamos a todos nuestros
hijos: “Dios, toma nuestros hijos. Dios,
toma el control de sus vidas. Dios, haz tu obra en cada uno de ellos!!! .....
Dios, Dios, Dios…”
Lloré
junto a mi esposa María. Lloramos. Un buen rato. Luego abrí la Biblia y como
todo buen principiante en la Palabra, leí donde señaló al azar mi dedo índice:
“Que necios que son, sus hijos son míos
antes que ustedes los engendraran. Yo quiero vuestros corazones.”
Como
pasar del llanto a la sonrisa, ni idea, pero sonreíamos de repente. Como un
libro puede hablarte con tal certeza contestando lo que uno, por dentro, lo
necesita. Como imaginar que un Dios tan grande y tan Santo se detendría un
minuto para dedicarnos a mi y a mi esposa. Como explicarse uno que Dios mismo
estaba al cuidado de nuestros pequeñitos, y no sólo eso, sino que nos dijera “son
míos”.
Nos
llamaron de la sala de terapia. Pablito mejoraba nuevamente.
Muchas
cosas nos puede sorprender. Dios nos maravillaba. Dábamos testimonio de lo
sucedido ésa noche. Dábamos testimonio una y otra vez de lo mucho que Dios nos
maravillaba. Pero, Dios sobrepasó todo lo que nosotros creíamos que nos podía
maravillar. En una ocasión, unos hermanos se pusieron a buscar en la biblia ése
mensaje. No, no lo encontraron. Y como el hombre es hombre, buscaron en las
otras versiones de otros credos. Tampoco lo encontraron. Mas buscaban, María y yo más nos reíamos.
“El mismísimo Dios, el creador de los
cielos, tierra y mar, no sólo cuida de nuestros hijos sino que también nos respondía a través de vaya a saber que pasaje de la biblia.”
Lo
que estábamos viviendo, lo que vivimos y lo que viene, está bajo el control de
Papá. Extrañamos muchísimo la voz de Pablito. Duele un montón estar en su
dormitorio, tomarle de la mano y que no te hable. Duele muchísimo. Pero Dios
sabe lo que hace. Dios es fiel. Dios tiene el control absoluto de todo lo
existente. Dios es Dueño y Pablito es de SU PROPIEDAD.
“Jehová es mi pastor; nada me faltará.”
(Salmo 23:1)
Pablito
en casa, con internación domiciliaria. Bien. Bendecidos. La family de Pablito.
3 comentarios:
Saber que nuestras vidas pertenecen a Dios es un regalo que muy pocos conocen. No conocemos el camino de Dios para con Pablito, ni para vuestra familia, pero él está ahí con vosotros porque nuestro Padre así quiere. Mis oraciones seguirán para la salud de Pablo y para vuestra fortaleza. Un gran abrazo desde la distancia...
Hola amigos!!! tremendo testimonio!!! Se me puso la piel de gallina.UN ABRAZO ENORME EL SEÑOR SIGA DANDO PALABRA A SUS VIDAS. DIOS LOS BENDIGA... BESOS!!!!!
hermoso testimonio.
Visitando nuevamente su blog, es una bendición, un abrazo desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
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